












Dicen que hubo un verano tan memorable que el vino quiso atraparlo para siempre. Así nació esta botella de frizzante: burbujeante, descarada y con el alma de una fiesta que nunca termina.
Con solo un 5,5% de alcohol y esos toques dulzones que enamoran, es la copa que susurra: ‘ven, pero sin prisas’. Perfecto para esas previas #donde las conversaciones se calientan, los planes se desbordan y los brindis se alargan más de la cuenta.
Porque si se beber fuera un sentimiento, sabría a esto.